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No es el peso, no es el IMC, es la grasa corporal!

El índice de masa corporal (IMC) sigue siendo una herramienta ampliamente utilizada en la evaluación de la salud, pero su uso ha evolucionado y se comprende mejor sus limitaciones. 

Actualmente se considera el Índice de Masa Corporal (IMC) como una herramienta de cribado o tamizaje, para identificar mejor la situación de la persona con sobrepeso. En este sentido, el IMC se utiliza comúnmente como una herramienta de cribado inicial para identificar posibles problemas de peso en poblaciones grandes porque es fácil de calcular y proporciona una estimación rápida del estado de peso. También se usa en la clasificación de categorías de peso. El IMC se utiliza para clasificar a las personas en categorías de peso como bajo peso, peso normal, sobrepeso y obesidad. Estas categorías pueden ayudar a identificar riesgos potenciales para la salud.

Figura 1. Diagnostico tradicional de la obesidad versus la nueva metodologia

Sin embargo, el uso del IMC tiene importantes limitaciones. Primordialmente, no distingue la composición corporal, no diferencia entre masa grasa y masa muscular. Las personas con mucha masa muscular pueden tener un IMC alto, pero no necesariamente tienen exceso de grasa corporal. Tampoco considera la distribución de la grasa. La grasa abdominal (alrededor de la cintura) se asocia con un mayor riesgo de enfermedades que la grasa en otras partes del cuerpo. Por estas razones, se considera que no es adecuado para todos. El IMC puede no ser preciso para ciertas poblaciones, como atletas con mucha masa muscular, mujeres embarazadas y adultos mayores.

Se recomienda complementar el uso del IMC con la circunferencia de cintura. Con ello se mide la grasa abdominal y se considera un mejor indicador de riesgo para la salud que el IMC en algunos casos.

La alternativa recomendada en lugar del IMC es el estudio de composición corporal mediante técnicas como la absorciometría de rayos X de energía dual (DEXA) y la bioimpedancia ya que pueden medir la masa grasa y la masa muscular con mayor precisión.

Adicionalmente, una evaluación más completa de la salud por un profesional de la salud puede evaluar otros factores de riesgo, como habitos alimentarios, la presión arterial, los niveles de colesterol y los antecedentes familiares, para obtener una imagen más completa de la salud de una persona.

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Referencias

  • Bray G a., Kim K k., Wilding J p. h., Federation  on behalf of the WO. Obesity: a chronic relapsing progressive disease process. A position statement of the World Obesity Federation. Obesity Reviews. 2017;18(7):715-23. 

  • Rubino F, Cummings DE, Eckel RH, Cohen RV, Wilding JPH, Brown WA, et al. Definition and diagnostic criteria of clinical obesity. The Lancet Diabetes & Endocrinology. 1 de marzo de 2025;13(3):221-62.